

Cultivo de lavanda

Observamos hace años la riqueza que podía suponer el cultivo, en su caso de lavandín. De ahí que hace más de 15 años nos adentramos en el tratamiento de esta planta, motivados por el «bajo precio» que tenían los cereales y como alternativa a un producto que respetan las especies cinegéticas existentes en la zona (corzo, ciervo, muflón etc..). Las mejores zonas de su implantación son en las que se dispone de terrenos calizos, con altitud y con buen drenaje, como el caso de nuestros terrenos. Es una planta muy resistente a las heladas. La hibridación entre la lavanda común y la lavanda silvestre (espliego) da como resultado a lo que hoy se conoce como lavandín (Lavandula hybrida).
El empleo de estos cultivos de hierbas aromáticas también supone la recuperación de suelos degradados donde se ha abusado de herbicidas
Se trata de un cultivo que tarda unos dos años en dar producción y cuya plantación puede extenderse entre 12 y 14 años, tiempo en el que apenas requiere abonados. A la espera de la floración. El momento óptimo para cosechar lavanda es cuando aproximadamente la mitad de las flores en el espigón se han abierto. Esto suele ocurrir en pleno verano
Una vez cosechada se retira con la maquinaria adecuada que la traslada a remolques que llevan la flor a la destilería, de donde se obtiene el aceite esencial.
Actualmente cultivamos las variedades de Lavandín Super y Grosso que tienen propiedades medicinales, disponibles en nuestra tienda en esta web
Cultivo de lavanda

Durante el pasado año 2022 “La Raña” decidió destinar hectáreas al cultivo del pistacho, estableciendo una hoja de ruta para que, aproximadamente un lustro más tarde, podamos obtener un producto de la mejor calidad mediante un cultivo siempre respetuoso con el medioambiente.
Nos encontramos en una de las principales regiones de Europa productoras de pistacho, y la de mayor crecimiento en el continente. Esto es debido, principalmente a su clima y suelos, ideales para su cultivo.
Castilla-La Mancha y, especialmente la provincia de Ciudad Real, cuenta con un clima mediterráneo de inviernos fríos y veranos cálidos y secos. Estas condiciones son ideales para el cultivo del pistacho, ya que sus árboles necesitan un clima cálido y seco durante el verano para madurar correctamente, y un invierno frío para garantizar su correcto desarrollo. Otro factor importante es su alta exposición solar durante la mayor parte del año, lo que favorece el crecimiento y la maduración de los pistachos. Además, el suelo de la región es rico en nutrientes y, especialmente en calcio, lo que es esencial para el crecimiento y la calidad del fruto.
Nuestro mayor interés es poder proporcionar un producto que reúna las condiciones óptimas para que el consumidor pueda disfrutar de un pistacho de calidad.
